EL VIH Y LOS DERECHOS LABORALES
En los últimos años, lo avances en la atención sanitaria y en los tratamientos antirretrovirales han permitido a las personas que viven con HIV mantener una calidad y esperanza de vida similar a la de cualquier otra persona.
Sin embargo, esta evolución positiva no es tan significativa en la percepción social del VIH. Aún existe mucha desinformación, desconocimiento sobre las vías de trasmisión y se continúa asociando como un problema exclusivo de determinos colectivos.
Estos prejuicios y miedos son la causa del estigma y de la discriminación que sufren las personas que viven con el VIH en distintos aspectos de su vida, entre ellos, el ámbito laboral.
«Lograr la inserción y la no discriminación laboral de las personas que viven con VIH continúa siendo un reto».
Pese a existir un marco legislativo que protege el derecho de las personas trabajadoras y unas recomendaciones internacionales y nacionales referidas al VIH y el mundo laboral, encontramos claras situaciones de discriminación como pueden ser la dificultad para el acceso a un puesto de trabajo, las pruebas de detección de VIH como requisito previo a ser contratado/a, despidos injustificados una vez conocido el estado serológico, cambios en las condiciones laborales, discriminación a la hora de optar a promociones internas o, incluso, la falta de confidencialidad de los datos médicos.
Por tanto, lograr la inserción y la no discriminación laboral de las personas que viven con VIH continúan siendo un reto en la actualidad. Para disminuir la existencia de estas situaciones es fundamental dar a conocer algunos datos fundamentales:
Por tanto, lograr la inserción y la no discriminación laboral de las personas que viven con VIH continúan siendo un reto en la actualidad. Para disminuir la existencia de estas situaciones es fundamental dar a conocer algunos datos fundamentales:
- El VIH no implica un menor rendimiento o mayor absentismo laboral. Una persona con el VIH con buen estado de salud puede tener el mismo rendimiento y capacidad de trabajo que cualquier otra persona. Además, la infección no tiene porqué causar discapacidad, únicamente en aquellos casos que la persona se encuentra en una fase avanzada.
- Las personas que viven con el VIH no representan ningún riesgo para otras personas en su puesto de trabajo. Por tanto, no existe ninguna justificación para excluir a estas personas del ejercicio de ninguna profesión.
- No están obligadas, legalmente, a comunicar su estado serológico tampoco en sus puestos de trabajo.
- El uso de pruebas de detección de VIH es innecesario y, por tanto, no debe ser exigidadas ni como paso previo a una contratación ni en las revisiones periódicas.